Las despedidas siempre son duras. Cuando además sabes que dejas muchas cosas por hacer todavía es más difícil. Ayer fue nuestro último día en SAM SAM, en una maratoniana jornada nuestros ópticos y sanitarios pudieron atender a más de 60 personas, incluidos los niños de la escuela. Sin embargo, fueron muchos los que se quedaron a las puertas de nuestra campaña oftalmológica. Con el compromiso de que regresaremos y la confianza de que pronto entre en funcionamiento el centro de salud, esperamos poder seguir adelante con nuestra campaña junto a Visió Sense Fronteres.
Nuestra expedición salió a media tarde rumbo a Sanghe pero antes pudimos despedirnos de Sor Regina, sus alumnas de la escuela para mujeres y el resto de la comunidad de SAM SAM. No faltaron los cantos y los abrazos. Agradecidos especialmente a la Asociación de Jóvenes Cristianos sin cuya ayuda, día tras día, no habríamos podido sacar adelante la campaña. Les dejamos nuestras mosquiteras para colaborar con su proyecto de repartirlas entre las familias que no disponen de ellas en un paso más en la lucha contra la propagación de la malaria.
Y así, la noche nos recibió en Sanghe. Situado a 80 kilómetros de Dakar donde la vida transcurre a otro ritmo, pero esa es una historia que os contaremos mañana.